Desde manualidades hasta menús, folletos, anuncios publicitarios y más, existe una amplia variedad de formas de utilizar el papel para actividades creativas y comerciales. Debido a que el papel deja una huella física, a menudo se malinterpreta como un desperdicio. A pesar de los mitos que lo rodean, el papel sigue siendo uno de los materiales disponibles más ecológicos. He aquí por qué el papel es más sostenible de lo que crees.
El papel, como sabemos, está hecho de árboles, pero el proceso es una parte importante de lo que determina la renovabilidad ambiental. Con el tiempo, cada vez más proveedores y fabricantes de papel se han comprometido a practicar prácticas de aprovechamiento y manejo forestal sostenible.
Por ejemplo, los miembros de la Asociación Estadounidense de Bosques y Papel obtienen el 99% de su fibra de proveedores sustentables certificados que se esfuerzan por replantar árboles y reducir los riesgos de incendios forestales. Del 33% del área total de tierra en los Estados Unidos ocupada por bosques, sólo el 2% representa áreas que se aprovechan para madera, papel y otros productos.
En Medio Pliego contamos con la certificación PrintReleaf, la cual nos ayuda a calcular de forma automática el consumo del papel de la empresa, para reforestar el equivalente de árboles, todo esto a través de una red global de proyectos certificados de reforestación, para compensar constantemente el impacto medioambiental del cliente.
La sostenibilidad del papel no se limita a la forestación sostenible. El papel se puede reciclar, lo que alivia la tensión tanto en los bosques como en los vertederos. Según la Asociación Estadounidense de Bosques y Papel, aproximadamente el 80% de las fábricas de papel en los Estados Unidos usan al menos algunos materiales reciclados para fabricar papel.
Entre la reforestación y el reciclaje, la cadena de suministro de la industria del papel y la madera es circular. Los fabricantes de papel son expertos en hacer más con menos, esforzándose por maximizar sus recursos mediante la reutilización de la fibra, el agua y los productos químicos para la fabricación de pulpa; de hecho, la fibra reciclada se puede reutilizar al menos siete veces.
Tan común como el mito de que el papel no es sostenible es la idea errónea de que los formatos digitales no dejan una huella ecológica. A pesar de que la actividad y los resultados digitales pueden no ser físicos o tangibles, tiene un impacto sorprendente en el medio ambiente.
La electrónica necesaria para crear medios digitales y comercializar y comunicarse en Internet consume una cantidad modesta de energía, pero de forma acumulativa. A finales de 2019, alrededor de 4.100 millones de personas (el 51% de la población mundial) utilizan Internet. Y cada persona que usa Internet libera aproximadamente 912 libras de dióxido de carbono cada año. Los centros de datos, que se utilizan para almacenar y administrar recursos de TI críticos, generan electricidad.
Se estima que almacenar y compartir datos genera 1.600 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero al año. Internet ejerce presión sobre los recursos: para 2030, Internet podría contribuir hasta con un 25% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.
Diseñar, comercializar y distribuir en papel deja una huella física, pero una que puede ayudar a compensar mediante prácticas sostenibles. Entre la dedicación a la replantación de árboles que se han cosechado para papel, cartón y otros productos y al reciclaje de fibra preutilizada, el papel es sorprendentemente renovable.
Por Angie